Una semana más y el tema de la sucesión en el estado de México bajará de tono.
No será porque se impongan los candados que la legislación electoral establece para hablar con absoluta libertad de los temas político-electorales —candados impuestos por los propios partidos, de los que hoy tanto se quejan—, sino porque llegarán las posadas, el periodo vacacional y el tema pasará a segundo término ante la opìnión pública, aunque en lo interno, los partidos no descansarán.
Pero al llegar enero vendrán dos meses en los que los escarceos de políticos y partidos serán intensos.
Entre tanto, la lista de los políticos señalados como aspirantes crece o se hace pequeña, dependiendo del “analista” en turno. Aunque completa incluye a María Elena Barrera, Alfredo Del Mazo, José Luis Durán, Alejandro Encinas, César Gómez, Delfina Gómez, Óscar González, Ana Lilia Herrera, Carlos Iriarte, José Manzur, Carolina Monroy, Ernesto Nemer, Eduardo Neri, Juan Carlos Núñez, Edgar Olvera, Jorge Olvera, Arturo Osornio —recientemente incluido—, Ulises Ramírez, Javier Salinas, Enrique Vargas, Josefina Vázquez y Juan Zepeda.
Una veintena de perfiles para todos los gustos. Pero sólo tres de ellos están bien posicionados en las encuestas: Alfredo del Mazo —que celebró cumpleaños ayer—, Ana Lilia Herrera y Josefina Vázquez. Y aunque en política nadie se puede dar por muerto y nada es imposible, varios que aparecían en las quinielas se han caído sin hacer ruido.
Sólo es cuestión de paciencia para conocer las designaciones. Aunque algunos, como Andrés Manuel López Obrador, ya dan por hecho algunos nombres.
Un priista que ya estuvo en esos trances y asumió en su momento las decisiones con madurez, me dijo que el solo hecho de aparecer en las quinielas es un honor. ¿Los que se queden en el camino tendrán la madurez necesaria aceptar que el sueño se diluyó? Ya vendrán las vacaciones para que lo reflexionen por anticipado.
