De acuerdo a la Agencia SINC, después de que en 2013 los Institutos Nacionales de Salud de EE UU (NIH, por sus siglas en inglés) retiraran el uso de 310 chimpancés, bajo la recomendación de la Academia Nacional de Medicina de EE UU, los institutos mantuvieron una colonia de 50 ejemplares, que únicamente serían usados en casos extremos de emergencia de salud pública.
Durante estos dos años, los investigadores han podido seguir con estudios no invasivos sobre el comportamiento con chimpancés de los NIH y otros. No obstante, en la actualidad para los NIH ya no existe ningún motivo que justifique el uso de estos 50 animales en la investigación médica invasiva.
A medida que los descubrimientos han ido avanzando, «se ha permitido el desarrollo de métodos alternativos que no requieren el uso de chimpancés», asegura a Sinc Emma Martínez Sánchez, de la Asociación Europea en Defensa de la Investigación con Animales (EARA, por sus siglas en inglés).
Aunque EE UU ha tomado esta decisión definitiva en el uso de chimpancés, en Europa la utilización de simios antropoides (similares al ser humano) se sigue permitiendo para investigaciones dirigidas a la conservación de esas especies, según la Directiva Europea 2010/63/EU3.
En este sentido, «la decisión de EE UU preocupa a la comunidad científica puesto que para desarrollar tratamientos específicos para la conservación de la especie, y que a su vez también pueden beneficiar a humanos, se requiere el uso de modelos animales en laboratorio», dice la experta.
Un ejemplo que ilustra la situación es el virus del Ébola que se estima ha eliminado un tercio de la población salvaje de chimpancés y cuya epidemia en humanos empezó en 2014 en países del África occidental.