El mensaje del presidente municipal de Toluca, Juan Rodolfo Sánchez Gómez, en su primer informe de gobierno fue contundente. Un mensaje que causó escozor entre parte de la clase política de Toluca, funcionarios y servidores públicos, pero también recala en la sociedad toluqueña. Fue un mensaje en pro de una mejor y más vivible ciudad, más ordenada y estructurada, pero fue también la proclama de un político preocupado por el deterioro y ocupado en encontrar soluciones.
Sánchez Gómez fue directo una y otra vez en dejar claro que tiene un plan y programa para Toluca, ajeno por completo a la búsqueda de la rentabilidad electoral: “No estamos dispuestos a ceder, ni a pactar, ni a moderarnos en la defensa de nuestra ciudad y de nuestra gente”.
Ese fue el eje del aviso a quienes quieren que fracase y con él que a Toluca le vaya mal. A los violentos se dirigió para hacerles saber que el desafío a su gobierno es también una confrontación con la forma de vida apegada al estado de derecho, a un gobierno de leyes e instituciones.
“La historia nos enseña que el mal siempre fracasa. El mal siempre fracasa porque los malos se estorban unos a otros en su afán destructivo. Porque viven en estado de guerra permanente, una guerra de todos contra todos: esta es su mayor debilidad. El mal siempre fracasa y al que opta por el mal, le va mal”, dijo Sánchez Gómez, mientras muchos se removían en sus asientos de primera fila.
Tuvo también un aviso para la sociedad: dejar el “quietismo” y participar en la recuperación de la ciudad, después de habernos acostumbrado “a un mal gobierno arrogante, incapaz de conmoverse frente a los padecimientos de la ciudadanía, y especialmente frente a los padecimientos de los más vulnerables, los excluidos, los marginados. Nos acostumbramos a un mal gobierno que hizo del desprecio a la ciudadanía una actitud cotidiana; y de la indolencia y el entreguismo frente a las fuerzas del desorden y el crimen”.
Afirmó, con toda razón, que durante años los toluqueños han descuidado la defensa de la ciudad, dejando la responsabilidad a gobiernos que en el mejor de los casos han sido irresponsables, frívolos e indiferentes; “en el peor, cómplices por omisión o por comisión”.
Ese descuido de los habitantes de Toluca provocó que se hiciera cosumbre la incompetencia, la ineficacia y la corrupción en el gobierno, además del abuso y el dispendio. Mientras tanto, Toluca se quedó “abandonada en sus calles, sus jardines, sus plazas y parques; pero sobre todo, abandonada en sus leyes, en sus tradiciones y en su gente.
De ahí que se pronunciada por el pleno resteo a la ley, no a las prácticas actuales, en las que se rompe la ley por costumbre. “Y cuando por algún motivo se aplica la ley, se percibe esta aplicación de la ley como un abuso de autoridad”. Condenó a transportistas, comerciantes ambulantes, servidores públicos y políticos que han medrado en esta falta de aplicación de la ley. Y retieró, una y otra vez, que en su gobierno no están dispuestos a ceder ni a pactar ni a moderarse.
Juan Rodolfo Sánchez reiteró su voluntad de hacer un gobierno fuerte, firme y experimentado, con altos valores políticos, y respetuoso y eficaz colaborar de la sociedad y otros niveles de gobierno. Siempre por el engrandecimiento de Toluca.