De nada sirve que se sigan habilitando puentes peatonales en esta ciudad capital si la gente no los usa. Tal es el caso de la más reciente obra que se construyó pasando la Glorieta Francia, rumbo a avenida Circunvalación, pues jóvenes y adultos siguen cruzándose la calle entre los carros.
Lo inverosímil de esto es que no se observa en los usuarios alguna dificultad motriz. Pareciera más bien que es tema de flojera, prisa, desidia y negligencia. Esta última es la que más afecta a peatones en general y automovilistas pues ponen en riesgo su integridad física, los vehículos y vías se comunicación. En otras palabras, pagan justos por pecadores.
Tal vez serviría que las autoridades de Tránsito de Toluca colocaran letreros con mensajes e imágenes de los riesgos que se generan al cruzar las calles por debajo de los puentes o insistir en que existe el Artículo 92, Capítulo 8 del Reglamento de Tránsito que dice: «Para cruzar una vía donde halla puentes peatonales, se está obligado a ser uso de ellos». Y por supuesto, de vez en cuando enviar agentes a que supervisen el cumplimiento de la ley.
Todos tenemos responsabilidades sociales de la puerta de nuestra casa hacia afuera. Y una muy importante es la de usar los puentes peatonales si caminamos por vías de circulación continua como Paseo Tollocan.
Aprendamos a cruzar la calle. Vivimos en sociedad. Los demás no tienen porqué cargar con nuestra negligencia.
