Estoy plenamente convencido de que muchos de nuestros políticos profesionales se hacen los místicos: hacen como que la virgen les habla y entran en un estado entre catatónico, cataléptico y la apuntan a lo mayestático —de sololoy—. Es decir, que tratándose de los simples mortales ni nos ven ni nos oyen —salvo que se trate de temporadas electorales—.
Por supuesto, en ese estado de embelesado éxtasis tampoco se enteran de lo que hacen o dejan de hacer, hasta que la realidad —que no puede evadir ni el misticismo— se encarga de ponerlos en su lugar.
Quisiera poner como ejemplo algo menos ruin que el dinero, pero no puedo. Así que aquí traeré a colación el desaparecido fondo metropolitano. Resulta que en la propuesta del presupuesto 2021, que llegó a la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión en 2020, se eliminó el fondo metropolitano —nótense las mínúsculas, que lo reducen aún más—, junto con otros fondos y fideicomisos, con el grandilocuente argumento de acabar con la corrupción.
Y la zona conurbada del valle de México y la del valle de Toluca, además de las otras zonas metropolitanas del país, vieron como desaparecían —o se iba a otro rubro del presupuesto— 3 mil 300 millones de pesos. La decisión vino del gobierno federal, emanado de Morena, y se aprobó gracias a la mayoría de Morena en la Cámara de Diputados.
En su éxtasis místico, los legisladores federales de Morena eliminaron por eliminar. Ya sabes, como en los mejores relatos bíblicos, escucharon una voz potente que decía: “seguiremos combatiendo la corrupción”. Acto seguido, los cegó una luz potente y fulgurante, proveniente del mismísimo palacio nacional y el milagro de la desaparición de los peces y los panes, o del fondo metropolitano, se logró.
Dos años después, algunos legisladores locales de Morena se han percatado de la importancia del fondo metropolitano y quieren que reviva el reparto de los peces y los panes. A propuesta del PRI se presentó en la Cámara de Diputados mexiquense un “exhorto” para que la Cámara de Diputados del hache Congreso de la Unión restituya el fondo metropolitano para el año 2023. El diputado de Morena, Max Correa —que de pronto hay que decir que tiene algunas propuestas francamente exóticas— respaldó la propuesta y hasta felicitó al autor del punto de acuerdo, el metepequense Alfredo Quiroz. Otros diputados de Morena hicieron lo mismo. Abieron los ojos a la trascendencia del fondo o algo semejante.
No se hagan que la virgen les habla. Al pan, pan y al vino, vino. La neta es que si el preciso no quiere que reviva o resucite el fondo metropolitano, el “exhorto” se quedará en calidad de llamada a misa al Congreso de la Unión. Esa lana para las zonas metropolitanas sólo reaparecerá cuando se escuche una voz de los cielos que diga: levántate y anda.
