Ácaros, polvo, saliva, grasa y restos de piel muerta es lo que puedes hallar en tu almohada y aunque son partículas o seres microscópicos, la realidad es que están ahí.
Estos elementos pueden ocasionarte acné debido a la grasa y la suciedad que cada noche queda acumulada en la almohada, además en los pacientes con asma aumenta los episodios de alergia debido al excremento que dejan los ácaros.
De acuerdo con los expertos en salud, las almohadas deben ser reemplazadas al menos cada dos años para evitar padecimientos, sobre todo las personas que padecen asma.
La recomendación médica es lavar y limpiar de manera frecuente las almohadas y meterlas a la secadora al menos durante 30 minutos para eliminar los restos de ácaros y gérmenes que la habitan.
