Ahora que se establecieron sanciones en Toluca de 400 a 4 mil pesos y de 2 a 12 horas de arresto administrativo a quienes practiquen el comercio ambulante sin permiso, seguramente más de uno se preguntará de qué vivirán estas personas.
Pues dejando a un lado a aquellas que carecen de preparación académica y enfrentan otras circunstancias que les imposibilitan cambiar de fuente de ingresos, el comercio ambulante prevalece como una labor que genera ganancias en miles y millones de pesos pero también vía multas y moches en los que se ven envueltos los propios mercaderes, inspectores y funcionarios.
A su vez, la Cámara de Comercio de Toluca y el Patronato Pro Centro Histórico se han quejado repetidas veces de que los ambulantes les ahuyentan clientes a los comerciantes establecidos, no pagan impuestos ni servicios públicos, generan empleos informales y dejan basura, desorden e inseguridad a su paso.
El comercio ambulante ha existido desde siempre y sin ajustarse a normas y reglamentos o, en otras palabras, a obligaciones. La ley aplica y se tiene que aplicar también a quienes trabajan en la calle.