Este fin de semana la ciudad de Toluca dio de qué hablar por varias razones. Una de ellas porque el Deportivo Toluca perdió el partido que jugó contra el América. Otra es que alguno de los asistentes al estadio Nemesio Diez le gritó algunos insultos racistas al jugador colombiano Darwin Quintero, cosa por la que quisiera darle el beneficio de la duda al subnormal en cuestión y suponer que estaba fuera de sus cabales, pero no se lo voy a dar.
Y no lo haré porque es un hecho que Toluca es una de las ciudades con mayores tasas de discriminación en el país, según datos del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred): la Encuesta Nacional de Discriminación del año 2010 señala que la mitad de los habitantes de la capital de los mexiquenses muestra “rechazo, falta de aceptación y desigualdad” hacia las minorías, lo que colocó a la capital del estado de México en el segundo lugar nacional en la materia, sólo detrás de la no menos discriminadora ciudad de León.
Además, esa misma encuesta indica que casi 76 por ciento de los habitantes del estado de México y el Distrito Federal considera que se respetan poco o nada los derechos de los migrantes, en los cuales se encontraría el jugador de futbol del Club América.
Homofobia, xenofobia, clasismo y otros vicios que persisten en esta ciudad, donde todavía hay gente que viste a sus emplead@s doméstic@s con uniforme —delantal incluido—, para que cuando salgan a la calle no las vayan a confundir con parte de su familia. No se les vaya a estropear la “alcurnia”… la misma de la zona VID de La Bombonera…