Las campañas políticas se tiñen de rojo.
Ayer adelantaba que la campaña presidencial tendrá una gran tensión.
Y que la polarización sería la tónica de los próximos días.
Pero lo ocurrido en Maravatío, Michoacan, en las últimas horas deberían encender las alarmas. En principio, porque se trata de un municipio muy cercado al estado de México. Y porque en lo que va del primer bimestre del año han sido asesinados 14 candidatos, políticos y activistas.
Probablemente sí haya algún otro momento en la historia del país donde haya habido tantas muertes relacionadas con un proceso electoral. Probablemente ese momento haya sido el periodo posterior a la revolución mexicana, pero hablamos de un momento en el que la lucha armada y el México bárbaro estaban vigentes y frescos.
Ahora debería preocupar que los candidatos sean asesinados. Aquí, en el estado de México, al menos un caso ha ocurrido en el municipio de Ecatepec. Y también fue asesinado, en la Ciudad de México, un regidor de Ciudad Nezahualcóyotl.
Y debería preocupar más porque todo apunta a que el crimen organizado está usando la violencia homicida para amedrentar y coaccionar. Es un momento grave.
