Con datos de la Organización de Alimentos y Agricultura, anualmente 45 por ciento de las frutas y verduras se echan a perder, la mayoría durante la etapa posterior a la cosecha.
Para evitar que esto suceda, un estudio realizado por la Universidad Tufts, utiliza fibroína; una proteína que se encuentra en la seda y que tiene la capacidad de estabilizar y proteger otros materiales.
El grupo de científicos sumergieron fresas en una solución del 1% de fibroína hasta cuatro veces. Se trató a la fruta con vapor de agua en una cámara de vacío, cuanto más tiempo se trataba en este último paso, más firme era la estructura de la fibroína que llegó a tener un grosor de 35 micrones, la tercera parte de un grano de arena pequeño.
Al termino de este proceso, los frutos se mantuvieron almacenadas a temperatura ambiente junto a fresas de la misma cosecha que no fueron tratadas. Una semana después estas últimas se encontraban secas y sin color, mientras que las que fueron bañadas en seda seguían jugosas y con color.
El estudio señala que la fibroína no afecta ni al color ni a la textura de la fruta, lo que no se ha estudiado es su sabor.