¡Qué gusto da ir al cajero automático y encontrarte con nuevas máquinas dispensadoras de dinero!. Al parecer, los dueños de los bancos ya se convencieron de la necesidad de invertir más en la seguridad del efectivo que manejan, sus equipos e instalaciones.
En este momento empezaron a sustituir los voluminosos cajeros por pantallas casi pegadas a la pared, apenas soportadas con una columna plana que según se ve, les será si no imposible, más difícil de arrancar a los delincuentes.
El índice de robo de cajeros automáticos ya era una constante. Y los ladrones habían logrado despojarlos de la pared en un lapso de seis minutos y llevarse consigo miles de pesos que se convierten en millones al multiplicarlos por la cantidad de cajeros sustraídos.
Ahora lo que falta es disposición, inteligencia y recursos económicos para resguardar la seguridad de los usuarios de los cajeros, especialmente en los centros comerciales que es donde la Policía ha detectado aumento de asaltos.
Las medidas de protección bancaria hacia los clientes y policial a nosotros como ciudadanos, urgen. No tendrían porqué tardar tanto como el cambio de tecnología en los bancos. A menos que la prioridad de ambos sea cuidar el dinero.