Tal como se han acostumbrado a hacerlo, los taxistas del Valle de Toluca se unieron para protestar por medidas en su contra. Esta vez porque no están dispuestos a que les saquen de circulación sus vehículos carentes de verificación. Y, un día antes participaron en conatos de violencia y lanzaron amenazas.
Así lo han hecho y lo siguen haciendo: actúan tal cual grupo de presión que se niega a asumir su responsabilidad y compromiso con el bienestar común y privilegian sus intereses propios. Se hacen la víctima a fin de conseguir inmunidad y protección del gobierno y recurren también a lo que saben hacer: brindar apoyo político.
Pero esta vez la problemática en cuestión está por encima de ellos y ellos la propician en mayor medida: la contaminación del aire. Quieran o no, es un asunto que trasciende a la población; de salud pública, del entorno en que vivimos, de responsabilidad social, de ética y de sentido común. ¿Qué parte de que la verificación vehicular es obligatoria no acaban de entender?, ¿que sus presiones ya no intimidan?
Escucha aquí el comentario editorial de Patricia Maldonado:
