Los sueños son esa mirada a muchos de los miedos, frustraciones, obsesiones y hechos importantes en la vida del ser humano que quedan anidados en lo más profundo de la mente y que se manifiestan por medio de símbolos o representaciones abstractas.
Los sueños dramatizan nuestras preocupaciones y frecuentemente toman el peor de los escenarios.
¿Sabes por qué soñaste con todo ello o tienes idea? Es muy complicado adivinar qué nos lleva a soñar y cuál es la causa y el propósito de ello. Al respecto existen tres teorías que explican la necesidad de que el cerebro emita estas imágenes aparentemente incoherentes.
Simulacro de amenaza: Cuando estamos despiertos nos encontramos en constante alerta ante cualquier amenaza o evento que exija nuestra fuerza, concentración o cualquier acción para la resolución de un problema. Al dormir ocurre algo similar: cuando se sueña que estamos ante un peligro reaccionamos para resolverlo, a veces hasta con violencia.
Filtrar temas del pasado: La mente aborda temas ya ocurridos de los que no hemos podido desprendernos o resolverlos en el mundo palpable de lo consciente. En el terreno del inconsciente los problemas del pasado se encuentran en un “sitio seguro” en el que la mente los trabaja para que no interfieran en la consciencia. Es una manera de almacenarlos y recordarnos que ahí están, pero impidiendo que creen estrés o angustia una vez que nos enfrentamos a la realidad.
Cumplimiento de nuestros deseos o anhelos: Aquellos anhelos que la mente tiene en el mundo consciente los lleva al terreno de los sueños. Por ello es que somos capaces de soñar con situaciones, personas o lugares que anhelamos tener aunque a veces sin que lo sepamos. También ahí se puede reflejar de manera simbólica algo que queremos que ocurra. Ésta es una de las teorías más añejas y populares en cuanto al porqué de los sueños.
