Mientras en México se habla de la tercera ola de contagios y muertes por COVID en Francia transcurre la cuarta ola. Según las autoridades de ese país, la incidencia del virus aumentó 125 por ciento en la última semana. Esto significa que hay 74 positivos por cada 100 mil habitantes, frente a los 37 de la semana anterior, pero en algunos departamentos supera ya los 250 o 300 casos.
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Ante esta situación, el presidente Emmanuel Macron impuso restricciones de acceso lugares públicos mediante el uso de un certificado sanitario. Así que, quienes quieran ir al cine, teatro, bares y restaurantes deberán comprobar que están vacunados.
Asimismo, envió un mensaje-advertencia a quienes no se quieren vacunar: que él no tiene ninguna intención de sacrificar su vida, tiempo y libertad ni los de sus hijas, por lo que quienes se niegan a vacunarse esta vez son los que se tienen que quedar en casa.
Lo que parecía un asomo de paz tras la invención de vacunas y su distribución no es tal. La pandemia no ha terminado.
