El estornudo es un mecanismo de defensa del cuerpo que sirve para expulsar a los gérmenes invasores y proteger los pulmones y otros órganos de virus, microbios, polvo, polen o contaminación.
Los estornudos expulsan aire del cuerpo a velocidades de hasta 150 kilómetros por hora, y pueden viajar mucho más lejos de lo que se pensaba.
De acuerdo con un estudio realizado por el Instituto de Tecnología de Massachusetts, el estornudo promedio de un ser humano expulsa una nube a una gran velocidad que puede contaminar una habitación en minutos.
Durante la investigación se analizaron videos de dos personas sanas que estornudaron unas 50 veces a lo largo de varios días, descubriendo que la pulverización de la mucosa forma una nube de estornudo de alta propulsión con gotitas de saliva y mucosa que pueden cubrir un área del tamaño de una habitación y pueden incluso llegar a los conductos de la ventilación a la altura del techo, contaminando el entorno.
La recomendación de los médicos es estornudar protegiendo la nariz con la parte interna del brazo en vez de estornudar sobre las manos, lo que ayudará a prevenir la propagación de gérmenes.