El dormir en posiciones incómodas no solamente es un mal hábito, también es causante de dolorosas enfermedades sin solución.
No son pocos los estudios científicos que informan lo peligroso que es desarrollar el mal hábito de dormir en posturas incorrectas. Aunque se le relaciona directamente con varias dolencias corporales, la población pareciera todavía no darle la debida dimensión a esta situación perjudicial.
Prueba de ello es un informe de la Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENES) León de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde se reveló que más del 50 % de la ciudadanía mexicana sufre dolores cervicales debido a malas posturas al utilizar dispositivos electrónicos, al sentarse y, principalmente, al dormir.
Cuando la persona está despierta y consciente puede corregir su postura oportunamente. Sin embargo, la situación se complica durante las horas de sueño, pues la persona no tiene mayor control sobre la ubicación de su cuerpo. Una pésima posición al dormir puede provocar lesiones muy graves que, de no subsanarse a tiempo, podrían derivar en deformaciones y enfermedades irreversibles.
El organismo se daña en muchos grados por este mal hábito. Los perjuicios más comunes y fáciles de tratar son los ‘nudos’ en los tendones, las tortícolis y las presiones en la zona lumbar. No obstante, según la mala postura y la frecuencia con que se adopte esta al dormir, se pueden lesionar articulaciones, músculos y huesos. También hay negativas repercusiones en ciertos órganos como los riñones y el hígado, lo que conlleva a afectaciones de funciones como la digestión, la respiración y la circulación sanguínea. Además, según un estudio de la Universidad de Cambridge, esto repercute desfavorablemente en la segregación de serotonina, conocida como la ‘hormona de la felicidad’.
El problema principal y más preocupante reside en desarrollar una enfermedad irreversible a raíz de una postura incorrecta al momento de dormir. Lumbalgia, dorsalgia, hipercifosis, hiperlordosis, entre otros, son males que, de no tratarse a tiempo, se convertirán en irremediables.
Los especialistas coinciden en que gran parte de estos severos malestares y deformaciones son consecuencia de un sobrecargado ritmo de vida. Muchas personas, al no poder sosegar su ritmo de trabajo, continúan sus labores desde sus sofás o sus camas, cediendo al sueño en una postura contraproducente. Es de urgencia que, quienes reconocen padecimientos por malas posiciones al dormir, busquen soluciones inmediatas.
La mayoría de soluciones están a la mano y pueden adoptarse antes de recurrir a un quiropráctico u otro profesional de la salud. Estas medidas rápidas pero efectivas pueden ser: cambiar de ambiente de trabajo —optar por un escritorio antes que por el sofá, por ejemplo—, dormir en un colchón terapéutico o emplear almohadas que alinean el cuello y la cabeza para evitar posturas antinaturales al dormir. Si los malestares persisten, se recomienda visitar a un especialista en la materia. Estos dolores, una vez llegados al grado de prolongados e irreductibles, deben ser tratados médicamente de forma inaplazable, pues no desaparecerán ni con antiinflamatorios ni con masajes.