Cuando oyes hablar de violencia de género, ¿qué tan familiar te es el concepto? Pues es cualquier acto dañino contra una persona debido a su género, en este caso, más la mujer. Se manifiesta con insultos, humillaciones, amenazas, empujones, golpes, violaciones y la muerte. Y esto es más común de lo que podemos imaginar en México, el estado de México y Toluca. Y todo empieza porque sigue habiendo una creencia de que el hombre es mejor y quien manda y que la violencia es una forma de control.
En eso, existe una posición de privilegio y poder que no se está dispuesto a perder por el hombre; y luego, en los hogares, se les enseña a los pequeños a ser dominantes. Lo dices y te lo crees que las mujeres provocan el maltrato, que fue un golpecito para que la mujer entienda y que nadie se debe meter en la violencia de una pareja porque es “asunto privado”. Hay que preguntarnos qué ideas sobre el hombre y la mujer hemos mantenido, tanto hombres como mujeres, y la forma en que afectan nuestros pensamientos, comportamientos y los de los demás; analiza de qué manera la cultura popular representa a hombres y mujeres y lee libros, artículos y estudios sobre desigualdad para entender el problema y tomar decisiones y emprender acciones.
La violencia contra la mujer en el país aparenta ser imparable y genera un clima de miedo e inseguridad que afecta a todos. Erradicarla enriquece a la sociedad y promueve el respeto, la colaboración y desarrollo.
