El carro completo de Morena en la elección del pasado domingo ha causado incertidumbre en los mercados bursátiles, financieros y cambiarios. Hay empresarios e inversionistas preocupados por las repercusiones que puede tener un Congreso de la Unión en el que la mayoría sea morenista.
Les parece un riesgo. Tienen miedo, temor o preocupación por las acciones que pudieran tomar una mayoría de diputados de Morena, el PT y el Partido Verde, alineados al todavía presidente López Obrador y la futura presidenta Claudia Sheinbaum.
Pero se trata, en principio, de un fantasma. Sí, el fantasma de autoritarismo y hasta el fantasma de acciones legislativa contrarias a los intereses del sector empresarial, financiero y económico.
Y vale la pena recordar que en México esas mayorías afines al presidente de la república, donde el Poder Legislativo estaba plegado a los deseos y dictados presidenciales, ya las vivimos en México. En las épocas del PRI imperial y monolítico, que nos duraron 70 años. Y sí, se vivieron decisiones contra el sector privado como la nacionalización de la banca. O la nacionalización eléctrica. O la expropiación petrolera,
Y también se vivieron en el régimen de Vicente Fox, aunque el panista nunca supo para qué podían servirle esas mayorías ni impulsó en seis un proyecto de país. Sólo tuvo una borrachera de poder.
Revisemos el pasado y comprendamos el presente y el futuro.
