En los próximos veinte años más del 75 por ciento de la población mundial vivirá en zonas urbanizadas, lo que representa un incremento en la contaminación lumínica que crece cuatro por ciento al año.
Además en los próximos 40 años se va a generar cada seis meses una ciudad como Londres, sólo por el número de personas que nacen, por ello la necesidad de diseñar la creación de ciudades y la instalación de luminarias para proteger el cielo nocturno, mencionó Nuria Sanz, directora y representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación (UNESCO) en México.
La contaminación lumínica se produce por la luz artificial dirigida hacia el espacio y se dispersa a través de las moléculas del aire, la humedad o los aerosoles, lo que provoca que el cielo se perciba en tonos naranjas y dificulte observar objetos astrónomos.
Por esto astrónomos mexicanos e internacionales buscan la preservación de cielos oscuros a partir de normas, educación y urbanismo que impulsen la investigación astronómica. “Apagar una luz y encender una estrella”.
Asimismo, el alumbrado público que ilumina el cielo tiene consecuencias en la flora y fauna debido a que provoca fenómenos de deslumbramiento en las aves, insectos, plancton y mamíferos marinos, quienes se desorientan y modifican su proceso reproductivo.
La contaminación lumínica ha provocado la desaparición progresiva de los astros, para observar algunos planetas, la Luna, inclusive la galaxia es necesario alejarse de la metrópoli para encontrar un contraste entre luz tenue y oscuridad de fondo (cielo oscuro).
Ante esta problemática, UNESCO declaro el derecho a los cielos oscuros y en el marco del encuentro internacional “El derecho a los cielos oscuros” organizado por el Foro Consultivo Científico y Tecnológico, la UNAM y CONACyT, investigadores coincidieron que se necesitan crear políticas públicas que ayuden a una adecuada iluminación nocturna e impulsen la observación científica del Universo.
“Cambiar la forma en que se iluminan las ciudades, apostar por leds y dirigir la luz hacia abajo, no hacia el espacio que nada beneficia, con ello se tiene un ahorro de energía y se cuida el medio ambiente”, precisó Miguel Roth, representante Legal en Chile del proyecto Giant Magellan Telescope.