La prioridad de las reformas estructurales en México es mejorar los resultados escolares, según la OCDE, que también subraya la necesidad de eliminar obstáculos a la competencia en diversas industrias, quitar trabas a las empresas extranjeras o reformar la gestión de la petrolera estatal Pemex.
En el capítulo dedicado a México de su informe anual «Objetivo crecimiento y crisis financiera» , la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) constata que todavía no se ven resultados del incremento del gasto en educación.
En ese sentido, recuerda que pese a que ahora el gasto en educación de México supera, en términos de proporción del Producto Interior Bruto (PIB) , al de la media de los 30 miembros de la OCDE, los resultados en matemáticas de sus alumnos en las pruebas PISA (siglas en inglés del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes) son los peores.
Ante esos hechos, apuesta por incrementar los gastos no salariales en la enseñanza secundaria y cambiar los sistemas de incitación de los profesores para privilegiar su eficiencia, así como reforzar la enseñanza técnica y profesional.
El conocido como «Club de los países desarrollados» estima que hay muchas reglamentaciones que dificultan la libre competencia en industrias de redes como las telecomunicaciones, la electricidad, los ferrocarriles y también los medios de comunicación.
En el informe, sus autores proponen facilitar la entrada de nuevos competidores y da ejemplos concretos: en los ferrocarriles clarificar las reglas de fijación de tarifas para el uso de las vías; en las telecomunicaciones establecer un marco jurídico preciso sobre la determinación de precios; en la electricidad separar de forma estricta la producción del transporte y ampliar las competencias del regulador.