Lo que pareciera que es exclusivo de las capitales de este país, es una constante en los pueblos: el uso del celular. No habrá para comer o alguna otra cosa de necesidad pero tratándose del teléfono, sí alcanza o a ver de dónde sale.
Los mexicanos estamos gastando en planes de telefonía móvil hasta 500 pesos al mes y todo indica que la cantidad no pesa frente a la fascinación con Internet y las aplicaciones inteligentes.
En tanto, la conversación cara a cara pierde relevancia entre familiares, amigos y conocidos y los mensajes de texto se vuelven triviales, a manera se chismes y rumores.
Y, al igual que en las ciudades, es posible ver a campesinos y ganaderos con un celular en una mano y la otra en el volante.
El uso del celular no es exclusivo de los capitalinos; se usa por igual en el país. El problema es que los usuarios no estamos marcándonos límites.
La tecnología es un siervo útil, pero un amo peligroso, Christian Lous Lange, historiador noruego.