Centro Cultural Mexiquense cumple 37 años 

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Este fin de semana, el Centro Cultural Mexiquense estará de festejo con motivo de su 37 aniversario. Fue el 27 de abril de 1987 cuando este emblemático lugar fue inaugurado; aunque en realidad este fue un proyectó se gestó en 1984 a través de diferentes convenios entre los tres órdenes de gobierno como parte de la política cultural. El ayuntamiento toluqueño fue el encargado de donar los terrenos en los que hoy se ubica el recinto; en ese entonces a esa zona se le conocía como La Pila.

La explanada del CCM alberga la Fuente Zen, creada por el maestro Luis Nishizawa. (Foto: Judith Chacón).

En entrevista para Así Sucede, Eduardo Escalante, director del Museo de Antropología e Historia del Estado de México, recordó que el Centro Cultural Mexiquense forma parte de las obras de uno de los arquitectos mexicanos más reconocidos, Pedro Ramírez Vázquez, quien encabezó todo un equipo de trabajo para convertir la antigua Hacienda La Pila en lo que hoy conocemos como el Centro Cultural Mexiquense.

“Este gran proyecto arquitectónico es obra del célebre arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, en coordinación con el arquitecto Andrés Giovanini. Hemos visto grandes obras de Pedro Ramírez Vázquez como por ejemplo, el Museo Nacional de Antropología en la Ciudad de México; el Estadio Azteca; el Museo del Templo Mayor, es un arquitecto que se ha caracterizado por la construcción de grandes pabellones, grandes museos y el hecho de que él sea encomendado esta obra del Centro Cultural Mexiquense es algo que nos debe llenar de orgullo como mexiquenses y como toluqueños”, 

Cuando el Centro Cultural Mexiquense abrió sus puertas en 1987, hasta ese entonces era el único gran proyecto como recinto cultural en el estado de México, convirtiéndose en unos de los espacios más importantes en esa materia en el estado de México. Con el paso de los años, se decidió hacer otro espacio para acercar las artes a otra zona del territorio estatal, lo que llevó a la construcción del Centro Cultural Mexiquense Bicentenario en el municipio de Texcoco. 

El proyecto original del Centro Cultural Mexiquense contemplaba la construcción de la Biblioteca Pública Central, el Museo de Antropología e Historia del Estado de México, la rehabilitación de la Hacienda La Pila, antes Museo de Culturas Populares, así como el Museo de Arte Moderno. Sin embargo, con el paso de los años se fueron añadiendo a ese espacio otros edificios como la Cineteca Mexiquense, el Conservatorio de Música del Estado de México y más recientemente el Museo de Numismática.

Sin duda, uno de los aspectos que ha convertido al Centro Cultural Mexiquense en uno de los espacios culturales más icónicos del estado de México es la vista privilegiada desde su explanada principal.

“El diseño del Centro Cultural, la arquitectura del paisaje es intencional. La gran explanada principal justo da hacia el Nevado de Toluca ya que fue un eje rector que el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez visualizó en sus diseños; el hecho de que estemos parados en la explanada del Centro Cultural Mexiquense y de un lado veamos el Museo de Antropología e Historia y del otro lado veamos el Nevado de Toluca fue con toda la intención de la arquitectura del paisaje”, detalló.

La obra de Pedro Ramírez Vázquez no sería la misma sin el trabajo del maestro Luis Nishizawa, ya que, además de las postales que regala el Nevado de Toluca, la panorámica que completa la explanada del Centro Cultural Mexiquense es la Fuente Zen, una creación del artista mexiquense, conformada por siete bloques de piedra ubicadas dentro de un espejo de agua y en la que encontró la forma de recordar sus raíces japonesas.

Por su arquitectura; su acervo; sus postales y su historia es que el Centro Cultural Mexiquense se ha convertido en uno de los recintos más emblemáticos del estado de México.

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