Y ante un inminente regreso a clases como lo veníamos haciendo antes de la pandemia, las opiniones están divididas entre los que les gustó la modalidad de enseñanza-aprendizaje en línea y los que prefieren clases presenciales.
Para los que están de acuerdo en continuar con la forma remota piensan en que se evitan traslados, tienen acceso inmediato a alumnos y maestros tanto como a las fuentes de información y que poseen mayor flexibilidad para emplear su tiempo.
Escucha la opinión de Patricia Maldonado. ¡Dale play!
En cambio, los que quieren asistir a las aulas se plantean la convivencia física con profesores y compañeros así como tener clases más dinámicas, un trato personalizado y la resolución rápida de consultas y dudas.
De esta manera será cada escuela en conjunción con los padres de familia y los estudiantes quienes decidan cuál es la mejor opción para continuar con las clases y tomando en cuenta necesidades e implicaciones. Lo que sí es una realidad es que a nivel mundial la pandemia del COVID-19 nos permitió experimentar la enseñanza-aprendizaje virtual algo que se veía a largo plazo. Nos ha permitido ver igualmente las posibilidades y consecuencias de estar en casa aprendiendo de hologramas.
