El consumo constante de frutos secos disminuye el riesgo de padecer enfermedades crónicas y con ello el riesgo de muerte, así lo asegura una investigación realizada por el Hospital de la Mujer en Boston, Estados Unidos.
De acuerdo con el estudio realizado con más de 5 mil personas, un consumo mayor de frutos secos está asociado con niveles más bajos de biomarcadores de la inflamación y dolencias cardiometabólicas, como las enfermedades cardiovasculares y la diabetes tipo 2.
Los científicos señalan que los beneficios de consumir frutos secos se deben en parte a su efecto reductor de la inflamación sistémica, sobre todo en tres biomarcadores que son el CRP, IL6 y TNFR2, beneficios que se obtienen al comer 5 o más raciones de frutos secos por semana.
Los frutos secos son las almendras, avellanas, cacahuates, nueces, pistaches, semillas de Girasol, piñones, castañas, semillas de calabaza, frutas disecadas, dátiles e higos secos.
