Después de la cancelación de clases por contingencia ambiental en el Valle de Toluca sigue preguntarnos qué vamos a hacer: si solo esperar a que la lluvia y viento retiren el aire sucio o emprender acciones que convengan a todos. Si optamos por lo segundo, habrá que empezar desde el dato oficial de que 75 por ciento de la contaminación proviene del servicio de transporte público de pasajeros.
Lo anterior debido a que carece de organización en número de unidades, horarios, recorridos y paradas de circulación que propician que a diario circulen por las calles de Toluca y el resto de los municipios aledaños cientos de unidades semi vacías, que realizan paradas continuas e improvisadas propiciando emisión recurrente de gases tóxicos.
En segundo lugar, están los miles de autos particulares que también recorren la zona sin que sean verificados por particulares en sus emisiones contaminantes, así como poner mayor atención a la frecuencia de uso y número de tripulantes.
Y, en tercer lugar, que las empresas e industrias contaminantes que desde años atrás se nos ha dicho que serían objeto de inspecciones, multas, sanciones y cancelación de actividades asuman su responsabilidad. En resumen, urge poner orden a favor del medioambiente. Lo más fácil es esperar a que llueva.
Escucha aquí el comentario editorial de Patricia Maldonado:
