Una persona que llega al suicidio pudo haber mostrado actitudes de felicidad y normalidad, así lo señaló el coordinador del Centro de Estudios y Servicios Psicológicos Integrales de la Facultad de Ciencias de la Conducta de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), Alejandro Gutiérrez Cedeño.
Por lo que pidió a los padres de familia estar atentos a cualquier cambio en los menores, como dejar de realizar actividades que antes le gustaban como actividad física, se aísla por momentos o bien tiene bajas calificaciones.
Además añadió que algunos focos de advertencia son la identificación de tristeza, desesperación, evita el acercamiento con los demás, presenta falta de productividad; mientras que en los adultos no quieren comer, no se relacionan y dejan de hacer actividades.
Lo recomendable es llevar al menor o al adulto a atención psicológica para trabajar en su autoestima y realizar actividades cognitivas que le ayuden a mejorar, así como fortalecer los vínculos familiares para conocer los pensamientos y sentimientos de las y los hijos, así como vigilar la dinámica familiar.