Dormir una hora después de comer pone el cerebro a pleno rendimiento, así lo confirma un estudio sobre salud y envejecimiento (CHARLS) en China, liderado por el doctor Junxin Li.
La investigación se realizó con 3.000 personas de más de 65 años quienes se sometieron a un test sencillo que consistía en dormir después de comer y luego hacer operaciones matemáticas básicas, dibujar figuras geométricas simples y responder a cuestiones personales.
Este pequeño examen lo hacían cuatro grupos diferenciados por cuánto habían descansado: los que no habían dormido nada, los que habían dado una cabezada de menos una hora, los que habían hecho una siesta de alrededor de una hora y a los que se les había ido la mano y habían dormido mucho más de una hora.
De todas ellas, las que mejores resultados obtuvieron fueron las que durmieron alrededor de una hora. Por contra, las que no lo hicieron puntuaron como si hubieran envejecido 5 años.
Así, la investigación ha podido afirmar que “La función cognitiva se asocia notablemente con las siestas”.
