“Aprovecha, que se acaba”. Esto parecía que estaban pensando y por tanto, haciendo, las decenas de residentes de Toluca, que se apostaron al suelo una vez que se volcó un trailer y tiró bebidas embotelladas. ¿Quiénes eran o cuál su nivel socioeconómico?, las imágenes están al alcance de todos.
Por enésima ocasión, decenas de mexicanos, esta vez residentes de Toluca, hombres y mujeres, adultos, jóvenes y niños por igual, dieron cátedra de una característica distintiva del conjunto de los mexicanos: el agandalle.
Se nos hace fácil agarrar cuando hay, se puede o nos dejan sin reparar en el qué dirán o harán otros o si los afectará. Inclusive la propia autoridad ha llegado a sumarse a rapiñas en el lugar de los hechos. Actuamos con sarcasmo, por diversión y a modo de revancha social aunque sepamos que es robo y que las pertenencias, gustos y necesidades se consiguen con esfuerzo y trabajo.
El apañe está ahí como el que hace lo que todos hacen aunque esté mal. Como el que busca pretextos y excusas en todo y para todo.
Escucha aquí el comentario editorial de Patricia Maldonado:
