El Papa Francisco anunció que se agilizará la disolución de matrimonios católicos, lo que significa que en lugar de seis meses a un año, el proceso se reducirá a 45 días, toda vez que se hará ante una sola autoridad: el obispo.
Sin embargo, de la notificación destaca, como causa recurrente de anulación matrimonial, la inmadurez psicológica de la pareja o de alguno de los integrantes. En otras palabras, de falta de buen juicio y prudencia en tres cualidades básicas: autocontrol, sabiduría y responsabilidad.
¿Qué proporción de los contrayentes llega al matrimonio con mediana o plena madurez sicológica?, ¿aplicables a temas como manutención, planificación, relaciones con las familias de origen de la pareja y diferencias de personalidad?
Acelerar la anulación del matrimonio religioso es una respuesta simple a un anhelo de sentirse desatados a la ex pareja ya que no aporta ni soluciona al problema de origen.