Una de las buenas noticias que se arrastra en el último año como parte de la agenda nacional está relacionada con el valor del peso frente al dólar. Las estadísticas señalan que ha alcanzado niveles no vistos desde 2017 al cotizarse por debajo de los 19 pesos frente al dólar. Tan solo en lo que va de este año, se ha disparado de cara a la divisa estadounidense en 11 por ciento.
Entre las causas se detectan el mayor flujo de dólares al país, que llega por las remesas; la inversión extranjera y las tasas de interés más altas.
Así, el peso se ubica también como la moneda más líquida de América Latina, que significa que se puede comprar y vender con facilidad en los mercados cambiarios; le da confianza a los inversionistas y se negocia en grandes volúmenes, según el Banco de Pagos Internacionales.
Sin embargo, de parte de los especialistas mesurados, el efecto del peso no durará a largo plazo y trae consigo el encarecimiento de las exportaciones manufactureras y agroalimentarias; es decir que los productos que salen se México tienen márgenes de ganancia limitados.
A parte de eso, señalan que al interior de la economía continúa la inflación, las familias no tienen ingreso suficiente para adquirir los bienes de la canasta básica o se enfrenta el desempleo. El peso puede puede estar en su mejor momento, incluso llamársele super peso pero para el general de la población no representa mucho.
