Una de las críticas principales que se está llevando Andrés Manuel López Obrador rumbo a su cargo como presidente de la república es el nombramiento de Manuel Bartlett para ocupar la Dirección de la Comisión Federal de Electricidad.
Y las críticas van, obviamente, por tratarse de un expriista y en particular salinista, entre cuyas peculiaridades se le atribuye haber orquestado el presunto fraude electoral de 1988 con la caída de sistema de cómputo de voto y que diera por perdedor a Cuauhtémoc Cárdenas, un político respetado y que, por cierto, no estará en la siguiente administración pública federal.
Por otra parte, de Bartlett se señalan sus malas mañas adquiridas como miembro de viejo sistema. Surgen por tanto las preguntas de si con Barlett ¿habrá fraude en el servicio eléctrico que se proporciona a los mexicanos?, o ¿tendrá lugar el robo de luz?
Barlett es sin duda semejante a un zorro. Es decir, se le puede caer el pelo pero no la astucia. ¿Será posible que su mañosa astucia sea el atributo para que enfrente los problemas económicos y de operación que la tienen a la CFE al borde del colapso?; ¿y al especialísimo sindicato?
