Perdió su registro el Partido de la Revolución Democrática en las pasadas elecciones; no llegó al tres por ciento de la votación; obtuvo 1.86 por ciento. Y pasa que, cuando un partido político pierde su registro, ya no es reconocido oficialmente por las autoridades electorales. Esto trae como consecuencia la pérdida de acceso a fondos públicos, la imposibilidad de participar en elecciones y su disolución en algunos casos.
El PRD surgió en 1989, esto es hace 35 años; entre los fundadores estuvieron Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y Porfirio Muñoz Ledo y en algún tiempo militó el hoy presidente Andrés Manuel López Obrador. El PRD se distinguió por sus luchas sociales, defensa de los derechos humanos, la justicia social y la participación ciudadana; nació de una fusión de partidos de izquierda. Algunos hechos que contribuyeron a su declive son divisiones internas, escándalos de corrupción, pérdida de liderazgo y la competencia de otros partidos políticos, como Morena, que atrajeron a muchos de sus miembros y votantes.
También el PRD perdió conexión con las bases y se alejó de su identidad original; todavía en las elecciones presidenciales de 2006 y 2012 encabezó coaliciones que lo colocaron como la segunda fuerza electoral. Lo que queda es una reestructuración interna y tratar de influir desde fuera del sistema político formal.