Los políticos mexiquenses, sea cual sea su ideología o partido político, están apegados a los rituales. Son de ritos y protocolos.
Y la fecha ritual, el acto ritual del quinto informe de gobierno, abre los famosos y célebres «tiempos políticos». Ahora sí es hora de aspirar, ya es tiempo de destapes y de fiebres sucesorias.
Si en el pasado reciente la baraja se abrió para que se mostrarán las sotas y los cabellos que quieren convertirse en rey, ahora se hará más visible quiénes tienen aspiraciones de suceder al gobernador Eruviel Ávila Villegas y serán públicos los pronunciamientos.
Entre los priistas, siempre con expresiones de respeto del estilo de «son tiempos del gobernador», «no hay que distraernos del trabajo», «el líder es el gobernador», «yo estoy concentrad@ en mi trabajo” y un largo etcétera, cuya referencia es la disciplina partidaria.
Entre los partidos antagónicos al que ejerce el poder, se agitarán políticos que todavía hace unos días preferían al claustro de sus respectivos grupos y fuerzas. Se harán públicos sus planes y proyectos, se querrán dejar ver cómo el oasis en el desierto… y harán de la crítica a lo que sea, su carta de presentación.
Los tiempos comienzan.
Los rituales se repetirán como hace seis años, en circunstancias en las que el PRI acumula el desgaste de la figura presidencial, con un presidente mexiquense, y el buen manejo del actual gobierno estatal. Luces y sombras que influirán en los ritos y las costumbres de los políticos, así como en su comportamiento en los próximos seis meses.