Enfermedad social

0
601

En estos días hay muchos usuarios de las redes sociales que se desgarran las vestiduras ante un caso de discriminación ocurrido en Cancún, Quintana Roo, divulgado mediante un vídeo en que un fulano lanza un líquido para hacer a un lado a una niña indígena. Se ha dicho que el líquido es un tipo de ácido y que el fulano quería que la niña se hiciera a un lado porque le daba mal aspecto a su negocio. ¿Cómo llegaron a la conclusión de que el líquido amarillo era ácido? No lo sé. ¿Que el propósito era ahuyentar a la niña ? Lo ignoro, pero de que la menor sale corriendo no hay duda.

El vídeo ha levantado ámpula. La condena al fulano es unánime.

No indignamos. Pero se nos olvida que México es un país discriminador. Racista. Lo dice una encuesta del Inegi divulgada el año pasado. Muchos podrían confirmarlo: entre más moreno, más discriminado. Es una realidad contante y sonante.

Las airadas reacciones son inútiles, porque la discriminación es cosa cotidiana. Con ácido o sin él. El otro día leí una declaración del actor Tenoch Huerta: «En el Sanborns, los encargados de seguridad me siguen, aunque vaya con mi hija, por si me robo algo, ¡y lo triste es que ellos son como yo”. Tienen razón los que dicen que discriminación en México es una enfermedad social. Generalizada.

Comentarios

comentarios