Florifagia tiene poca oferta y alta demanda

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La producción de flores para su consumo como alimento representa un nuevo nicho de mercado, sostuvo el profesor e investigador de la Facultad de Ciencias Agrícolas de la Universidad Autónoma del Estado de México, Jesús Hernández Ávila, quien puntualizó que las flores que son consideradas comestibles en nuestro país son variadas y muy extensas, además de que contienen grandes cantidades de nutrientes, pues son ricas en proteínas, grasas, almidones, aminoácidos, vitaminas A, B, C, E y minerales.

UAEMEl universitario agregó que las flores mexicanas y su floricultura han crecido con el paso de los años, cultivándose flores típicas, exóticas y comestibles en los estados de México, Michoacán, Querétaro y Morelos; sin embargo, el sector de la florifagia o acto de comer flores tiene poca oferta y alto índice de demanda, por ser una tendencia vanguardista implementada por grandes chefs o personas que solicitan productos innovadores y exóticos.

La florifagia, indicó, ha estado presente en la gastronomía del hombre, en culturas como la mexica, griega, china y árabe, entre otras, que aprendieron a sobrevivir con una dieta rica en frutas, vegetales, raíces, insectos y flores. 

Explicó que existen dos corrientes que influyen en el desarrollo de este negocio; por una parte, una mayor preocupación por comer productos sanos, naturales y orgánicos y por otra, la búsqueda de nuevos y exóticos ingredientes que den gusto especial a la comida.

Jesús Hernández Ávila refirió que el sector agrícola y pecuario de México es el más dinámico de la economía; en cuanto al sector florícola, la flor de corte y flor de macetería tiene amplia presencia, mientras que las flores comestibles no figuran en estadísticas, por ser un mercado nuevo o inexplorado.

El autor del “Estudio de mercado para determinar los atributos deseados por el consumidor de flores comestibles en la zona centro de México, bajo el método de encuesta”, que realizó en coordinación con profesores y alumnos de la Universidad del Bicentenario, abundó que a pesar de que la florifagia ha estado presente en la historia, no ha sido muy explotada como mercado y aseguró que representa una oportunidad de crecimiento y desarrollo para los productores.

Advirtió que su trabajo pretendió determinar las características deseadas por el consumidor de flores comestibles en la zona centro de la República Mexicana, como una herramienta para el desarrollo de nuevos nichos de mercado que sirvan de impulso a dicho sector.

En 2015, detalló Jesús Hernández Ávila, la producción florícola en el estado de México ascendió a cinco mil millones de pesos, lo que refleja el dinamismo y amplio potencial de crecimiento de esta actividad, que contribuye de manera importante en la generación de mayores ingresos y empleos en el medio rural.

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