Entre las situaciones que dejan sin palabras a quienes vivimos en esta ciudad capital se haya la actitud de las personas a las que les vale sorbete circular en doble sentido en lugares prohibidos. Y tal, cual, con su respuesta de “yo hago lo que quiero” no te queda de otra mas que callar.
Y es que, efectivamente, cualquiera puede hacer lo que se le venga en gana al fin que no hay vigilancia de Tránsito en las calles de las colonias y debido a que abundan los habitantes que no están dispuestos a acatar la ley por responsabilidad y compromiso con la ciudad y sus pobladores.
Algo similar ocurre con aquellos que se estacionan impunemente en doble fila y para supuestamente disimular dejan el cofre de su carro abierto, se hacen bajan de los carros y se ponen a ver y escribir en el celular.
¿Tan difícil se nos es atender a la lógica de que no somos únicos en la calle?, ¿que en todas partes hay reglas y las debemos respetar sin necesidad de que nos vigilen sino por sentido común y en el mejor de los casos, pensando en los demás?
¿Cuántas veces, antes de estacionarnos en el sitio que se nos viene en gana nos preguntamos si afectamos el flujo vehicular o el paso de los peatones?
Ojalá que con motivo de las fiestas de fin de año que incitan a la reflexión y a modificar las conductas nocivas, pensemos por un momento en ser mejores ciudadanos. De esos que no pretenden hacerse superiores a las leyes.