La designación de dos personas al área directiva del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología que no están vinculadas al trabajo institucional y que además, carecen de experiencia como funcionarios no es algo nuevo pero sí absolutamente incongruente.
Hurguemos en exfuncionarios de administraciones de otros partidos que ocuparon puestos públicos sin la preparación necesaria o requerida. Ejemplo rápido: Alfredo Castillo Cervantes en el Conade y Jorge Emilio González Martínez dirigente de partido, diputado y senador.
El meollo de esto es que el presidente López Obrador se la ha pasado vituperando que acabará con la corrupción y el amiguismo, compadrazgo, favoritismo y asignación de plazas por dedazo o compromiso también son formas de corrupción.
No hay mucho que pensar ni discurrir. En la designación de directivos en el Conacyt sin perfil profesional se asoma mucho el predicar y nada de practicar. Así como también se envía el mensaje de que no es indispensable estudiar para entrar a gobierno.