Hugo Salvador Carpio García es un atleta de alto rendimiento que ha representado a México en una Copa del Mundo, un Mundial de remo, en Juegos Centroamericanos y Panamericanos, y en regatas internacionales. Su deporte es el remo y por seis años consecutivos realizó entrenamiento entre cinco y seis horas diarias, hasta que empezó a manifestar agotamiento, mareo, visión borrosa, respiración insuficiente y no podía hacer sus actividades acostumbradas.
Su diagnóstico no fue fácil, le llevó varios meses, hasta que un especialista en medicina deportiva determinó que padecía sobreentrenamiento crónico. La solución a ello la brindó la fisioterapeuta Ruth Ramos Cruz, quien trazó un plan de trabajo personalizado, incluida una técnica llamada de punción seca.
“Mi cerebro indicaba a mi cuerpo que ejecutara ciertas acciones y éste no respondía. Entré en depresión. Dejé de sentir las piernas y en el diagnóstico se reconoció que tuve varios pre-infartos”, relata Hugo Carpio.
La licenciada en terapia física y rehabilitación, explica en entrevista que para superar el problema de Hugo le realizó un proceso de valoración a nivel nervioso, muscular y mecánico. El resultado fue síndrome doloroso miofacial debido un desbalance notorio a nivel muscular y biomecánico.
“La fisioterapeuta me dijo que si bien su especialidad no era la terapia deportiva, sino la neurológica, me podría ayudar. En la segunda sesión me quitó el dolor de cabeza con el que viví por ocho meses. Eso me hizo tener absoluta confianza en lo que hace”, detalla el atleta.
Para ello, la fisioterapeuta implementó una técnica llamada de punción seca, en la que se usan agujas similares a las de acupuntura para eliminar contracturas muy localizadas en puntos específicos denominados gatillos miofasciales.
“Le realicé unos pinchazos y el dolor de cabeza cedió, pues los músculos del cuello, tanto flexores como extensores, estaban demasiado contracturados y ello no le permitía relajarse. A ello siguieron sesiones de terapia que a los cinco meses mostraron enormes avances en la situación de Hugo.
“Si bien para mí rehabilitar a un deportista de sus condiciones fue un reto a nivel profesional, le pedí al paciente que buscara también ayuda psicológica para que saliera delante de su depresión. Al trabajo en equipo también se sumó un preparador físico, y fue de esta manera que Hugo ha vuelto a ser un atleta de alto rendimiento”, refiere la licenciada Ramos Cruz.
Ahora, Hugo Carpio está dado de alta clínicamente pero sigue un tratamiento con otro enfoque, el de la reeducación muscular, donde él mismo ha aprendido a aprovechar cada uno de sus músculos sin llegar a sobre cargarlos.
La fisioterapeuta Ramos Cruz explica que cada músculo se trabajó de manera individual para que el cerebro entienda que ahora participan todos y que deben estar conectados.
Sobre las causas del sobreentrenamiento, Hugo Carpio comenta que en ello pudieron Influir muchas cosas, entre ellas una deficiente alimentación, una mala planeación de descanso, rutinas de ejercicio excesivas.
Gracias a la fisioterapia personalizada, el atleta ha vuelto a prepararse para las competencias de alto rendimiento con la firme intención de representar nuevamente a su país.