Si algo se está viendo en las actuales campañas a presidentes municipales y diputados en el estado de México es la participación de jóvenes. Al menos se les ve en los paraderos más concurridos portando camisetas de apoyo a su candidato o candidata, con instrumentos musicales y cantando, mientras reparten la propaganda.
A unos y a otros no nos puede gustar si no es del partido de nuestra preferencia, pero a lo que podríamos apostar o esperar es que estos chavos lo hagan con convicción y no bajo presión.
Cuando se habla de jóvenes inmediatamente lo asociamos con ganas de hacer cosas, de emprender cambios y de impactar a la mayoría de las personas. Por eso da gusto verlos preocupados y ocupados de la política y el gobierno. Asimismo, porque hablar de juventud y democracia es hacerlo en aras de abrazar nuevas causas, atender problemáticas específicas y plantear propuestas ambiciosas. Que satisfacción que los jóvenes no sean pasados por alto o se les excluya sino más bien se le sume y se les deje actuar.
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