Familiares de los cuatro mexicanos muertos en el bombardeo del Ejército colombiano sobre un campamento de las FARC en Ecuador en marzo de 2008 rechazaron la intención de la justicia ecuatoriana de extraditar a la superviviente mexicana Lucía Morett.
En una manifestación frente a la sede de la Embajada de Colombia en México, el grupo de familiares anunció su intención de continuar con las protestas que realiza cada mes desde septiembre en las puertas de la representación diplomática, para exigir «justicia» por la muerte de sus hijos.
En declaraciones a Efe, Álvaro González Pérez, padre de una de las víctimas, indicó que «no procede» el proceso de extradición que inició la fiscalía ecuatoriana contra Morett, acusada de atentar contra la seguridad interna de Ecuador.
A su juicio, detrás de la solicitud de extradición ecuatoriana, que según la Cancillería mexicana todavía no se ha efectuado oficialmente, están las autoridades colombianas.
El gobierno de Colombia «quiere justificar (el asesinato) criminalizando a los muchachos», sostuvo el padre de familia, quien defiende que los cuatro mexicanos muertos y Morett eran todos estudiantes interesados en el proceso de paz colombiano.
González Pérez también cree que el gobierno de México ha «guardado silencio en cierta forma de complicidad» en el caso de los mexicanos muertos.
La fiscalía ecuatoriana pidió también a la Corte Nacional de Justicia (CNJ) de Ecuador que inicie el trámite de extradición de las presuntas guerrilleras colombianas Doris Bohórquez y Martha Pérez, que junto a Morett fueron las únicas sobrevivientes de la operación militar, en la que murió el número dos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), alias «Raúl Reyes».
