Jhonatan y su familia llegaron desde hace un mes a la ciudad de Toluca para vender sus alcancías. Hace días se instalaron en el cruce peatonal de Paseo Colón y las Torres. Desde hace 10 años, sus ventas eran en las ferias de los pueblos de distintos estados del país.
La suspensión de las ferias por la pandemia del Covid-19 les impidió seguir con esta actividad.
Entre los transeúntes y sobre la Avenida Colón, Jonathan permanece de pie, al lado de sus alcancías. Con ambas manos sostiene un cartelón donde pide apoyo de la población. En ella señala que son ferieros y que su familia ha sido castigada por la pandemia.
También pide ayuda para que les compren su producto e incluso a cambio de alimento. En el piso se pueden mirar las alcancías en variados modelos y tamaños: cerdos conejos, águila, osos, elefantes, delfines y de personajes de Disney.
Los precios son variados, desde los 40 hasta 150 pesos las más grandes. Él y su familia son originarios de la Ciudad de México. Han tenido poco apoyo.
Su jornada es larga. Llegan a las 9:00 de la mañana y se van pasadas las 18:00 horas. Pero antes de la pandemia visitaban toda la república.
El promedio de ventas en las ferias era de 20 alcancías cada día, ahora venden menos de la mitad.
