Desde los albores de la búsqueda de la independencia de México, se mencionan los límites territoriales por primera vez en la Constitución de Apatzingán de 1814, aunque si bien, refieren a los límites de los estados, es la primera vez que se busca establecer en la Ley la división territorial específica, que, en el Acta Constitutiva de la Federación en 1824 da la posibilidad de aumentar el número de estados, o modificarlos según las necesidades.
Lo anterior deja de manifiesto, la necesidad de regular los requisitos y el procedimiento para la creación o supresión de estados, pero esto a su vez se traspasa a los municipios, así, las Comisiones de Límites Territoriales de los Poderes Ejecutivo y Legislativo, son las encargadas de dichas actividades, así como de la fijación de límites municipales y la resolución de las diferencias que se produzcan en esa materia.
Ante los conflictos que llegan a presentarse por la disputa territorial entre municipios, existe una figura legal conocida como Convenio Amistoso, el cual “es el acuerdo de voluntades entre municipios del Estado de México, para la precisión y reconocimiento de sus límites territoriales que se celebran en el seno de la Comisión de Límites del Gobierno del Estado de México”.
Los convenios amistosos en la resolución de diferendos limítrofes entre municipios son esenciales para garantizar la certeza jurídica, la funcionalidad administrativa y el bienestar ciudadano. Este enfoque permite evitar que las disputas territoriales lleguen a instancias legislativas, despresurizando así a las comisiones y optimizando recursos institucionales, afirmó, Javier de Jesús Domínguez González, encargado de Despacho de la Dirección General de Legislación y del Periódico Oficial «Gaceta del Gobierno” del gobierno estatal.
Al realizar un Convenio amistoso, relató, se alcanzan acuerdos directos, y los municipios fortalecen su colaboración, eliminando tensiones políticas que podrían escalar.
Desde la perspectiva ciudadana, al resolver estos conflictos bajo este modelo, se asegura claridad sobre la pertenencia de un territorio, evitando confusiones en servicios públicos, registros catastrales y derechos electorales. También se mejora la percepción de gobernabilidad, ya que las autoridades demuestran sensibilidad para atender problemas locales de manera eficiente.
Finalmente, afirmó que hay una gran oportunidad con los nuevos ayuntamientos “para poder resolver estas situaciones, y poder aclarar y definir con certeza cuáles son los límites territoriales” aunque reconoció, que habrá casos que no se pueda, pero en la gran mayoría considera, se puede llegar a un convenio amistoso y a una resolución de los problemas de territorio, de una manera fácil, sencilla y más amigable para la población.