Sufre deficiencias la Universidad Mexiquense del Bicentenario

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La Universidad Mexiquense del Bicentenario surgió en 2009 (Foto: Especial).

A poco más de ocho años de la creación de la Universidad Mexiquense del Bicentenario, sus unidades académicas profesionales están generando incertidumbre entre sus estudiantes respecto a la calidad y competitividad de la educación de nivel superior que reciben, dadas las carencias en infraestructura y equipo que enfrentan cada día; condiciones que muchos intentan sortear con gran esfuerzo, con la aspiración de graduarse y salir al mercado laboral.

Cabe señalar que la UMB surgió en 2009 como una alternativa concertada entre el gobierno federal y el estatal para hacer posible que más jóvenes mexiquenses en diferentes regiones del estado cursaran estudios de nivel superior, con un nuevo modelo y una diversidad de opciones de formación, que se constituirá en sí mismo como un vehículo de desarrollo social para obtener un mejor nivel de vida, ocupándose en áreas de especialidad acorde a las necesidades de la región, según refiere su propio acuerdo de creación.

Esta institución educativa que en 2017 ya cuenta con 30 Unidades de Estudios Superiores distribuidas en puntos estratégicos del territorio estatal, donde ofrece en total 10 licenciaturas, 11 ingenierías y también la Maestría en Ciencias en Tecnología de Productos Biológicos, la cual se imparte únicamente en la UES TULTITLÁN; atiende cerca de 10 mil alumnos, con lo cual se puede interpretar que está cumpliendo en el propósito de la cobertura educativa, ¿y la calidad?

Derivado de algunos reportes de estudiantes de la Universidad Mexiquense del Bicentenario, (cuyos nombres mantendremos reservados) quienes externaron descontento y preocupación por su grado de conocimiento y desarrollo de habilidades, realizamos un recorrido por diez unidades académicas de las ubicadas en la zona norte y  el Valle de Toluca para constatar la forma en que trabajan y obtener otros testimonios.

CARENCIAS EN INFRAESTRUCTURA

Encontramos que de las 9 unidades académicas de la UMB ubicadas en municipios de la zona norte, al menos en 6 es evidente que carecen de infraestructura y herramientas tecnológicas suficientes para el desarrollo de prácticas, tampoco disponen de un acervo bibliográfico adecuado; por ejemplo en la unidad ubicada en El Oro tienen aproximadamente 20 libros que sirven de fuente bibliográfica para los alumnos, hay un centro de computo, pero éste resulta obsoleto pues no se garantiza el servicio de internet, ni tampoco se aprovechan los proyectores de las aulas.

Para el caso de la carrera de nutrición, los alumnos no hacen uso de los laboratorios pues no hay material suficiente de práctica, lo mismo se repite en las que operan en Ixtlahuaca, Jilotepec, Acambay y San José del Rincón donde todo indica que requieren adecuaciones en su infraestructura, pues para algunos faltan espacios y en otros casos hay sitios subutilizados.

En el Valle de Toluca, en la unidad académica de Tenango del Valle, donde imparten las licenciaturas en Sistemas Computacionales, Administración y Nutrición a una población de más de 500 alumnos, no cuentan con biblioteca, el acervo bibliográfico es mínimo, no hay laboratorio. Aunque les han suministrado equipo de cocina para prácticas, este no se aprovecha pues no hay inmueble donde instalarlo por lo que realizan ejercicios prácticamente al aire libre y de manera rudimentaria. ¿errores de planeación? Además en la sala de cómputo predomina el equipo obsoleto, insuficiente en proporción al número de alumnos y raramente cuentan con internet.

Los propios estudiantes se preguntan ¿qué tan competitivo puede ser un licenciado en nutrición que no practicó en la cocina o un licenciado en informática que rara vez dispone de una computadora en óptimas condiciones?

DEFICIENCIAS ACADEMICAS Y ADMINISTRATIVAS

Aunque en su mayoría reconocen la universidad cuenta con buenos profesores especialistas en su ámbito, hay preocupación por aspectos que pueden poner en duda el reconocimiento de su profesionalización, como la certificación, acreditación de calidad de los programas; por ejemplo en la licenciatura de nutrición que es ofertada por las unidades de El Oro, Acambay, Ixtlahuaca y Tenango del Valle, refieren estudiantes entrevistados que “aún no se cuenta con la certificación de la carrera” o al menos ellos no lo saben y eso debería servir de respaldo para que los alumnos avalen sus prácticas profesionales, y/o servicio social, además indican que es necesaria la búsqueda de convenios por parte de la dirección académica de la unidad, con organizaciones públicas o privadas, que amplíen sus posibilidades de incursión en el campo laboral.

Asimismo ronda la idea entre los estudiantes de nutrición, informática, enfermería, y turismo que algunas materias que les son impartidas están desactualizadas en comparación con lo que en otras universidades enseñan.

La población estudiantil, si bien tiene noción hay cosas positivas y que puede haber un compromiso gubernamental para que paulatinamente las condiciones mejoren, los programas se actualicen, la institución se modernice y asimismo crezca su prestigio como el reconocimiento de los egresados en el ámbito profesional, consideran que está resultando muy lento y será difícil reponer el tiempo que por las deficiencias actuales se está dilapidando en su formación, por lo que piden a la Rectoría que hoy encabeza el José Francisco Monroy Gaytán y al propio ejecutivo estatal consideren esto una prioridad, ya que se autodenominó como “El gobierno de la educación”.

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