Problemas conductuales en los infantes, como agresividad, celos y rabietas, así como trastornos de ansiedad, pueden ser tratados mediante la terapia de juego, que permite intervenir en el mundo de los niños y conocer sus necesidades, destacaron especialistas de la Facultad de Ciencias de la Conducta de la Universidad Autónoma del Estado de México.
Adelaida Rojas García y Carolina Serrano Barquín, profesoras e investigadoras de la UAEM, explicaron que los infantes buscan la satisfacción de necesidades biopsicosociales y cuando esto no se logra, surgen emociones de frustración que los llevan a tener diversas reacciones.
En cualquier etapa de la infancia, abundaron las universitarias, la expresión de sentimientos como el enojo, la tristeza, la ansiedad, la amargura y el miedo, son necesidades primarias, que de no expresarse se acumulan, provocando diversas dificultades.
Las técnicas vinculadas al juego permiten una mejor aproximación al mundo infantil, mediante actividades lúdicas que facilitan la expresión de emociones y necesidades, enfatizaron las especialistas, quienes detallaron que la formación de los infantes exige una intensa dedicación emocional y por lo tanto, una inmersión profunda en las sesiones, con la finalidad de controlar sus conductas.
Advirtieron que no existe un procedimiento estándar para trabajar con los niños y sus padres, pues éste se determina durante la terapia y en cada caso, dependiendo del grado de contacto y desenvolvimiento que el niño presente en cada sesión de juego.
La terapia de juego centrada en el niño es el medio idóneo para ofrecerle la oportunidad de expresar sus sentimientos, problemas, temores, odio, soledad, sentimientos de fracaso y desadaptación, para que con el tiempo, pueda superarlos y adaptarse a su entorno, concluyeron Adelaida Rojas García y Carolina Serrano Barquín.
