Tolerancia

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No es novedad lo que voy a decir: estamos empapados.

El Papa por aquí, el Papa por allá. La silla en la que se va a sentar el Papa, la alfombra que va a pisar el Papa, los instrumentos con los que va a oficiar misa el Papa, el recorrido que va a hacer el Papa, los voluntarios que hacen falta para la valla que se le va a hacer al Papa, los conflictos de la jerarquía católica mexicana que afloran por la visita del Papa…

La visita del papa Francisco es el tema que domina en estos días a este México en el que 80 por ciento de la población dice profesar la fe católica, apostólica y romana.

Y además de toda la información en torno al Papa, también hay expresiones en contra de la visita del Papa.

Hay mexicanos que no están de acuerdo con la visita y sus razones tendrán. Algunas de ellas tienen que ver con el fanatismo religioso de algunos grupos. El mismo fanatismo que esos mexicanos despliegan contra la visita del Papa. Porque tan malo es el dogmatismo a ultranza en favor del máximo jerarca de la Iglesia católica como malo es la oposición acérrima.

La única receta es la tolerancia. Cada mexicano es dueño de su derecho de manifestarse contento o contrariado por la visita papal. Pero cada mexicano debería estar obligado a respetar esas expresiones de terceros.

En eso consiste la libertad y la tolerancia. Lo demás son cosas de talibanes.

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