Por fin se nos hizo ver al presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, con cubre bocas. Se lo puso porque no le quedaba de otra al subirse al avión comercial que lo llevaría rumbo a Estados Unidos.
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Asimismo, horas antes se realizó una prueba de COVID-19 de la que tampoco se había hecho y que según se informó oficialmente no está contagiado.
La falta de cubre bocas y la presencia en eventos públicos sin mínimos cuidados, como el uso de gel antibacterial proporcionado por su equipo de trabajo le ocasionaron severas críticas al mandatario por enviar un mensaje de descuido frente a las sugerencias de la Secretaría de Salud de su administración. Faltará ver cómo continúa de cara al presidente Donald Trump que igualmente ha estado reacio al tapa bocas y quien ha decidido reabrir las actividades económicas de su país que registra el mayor número de decesos entre las naciones.
Otro que no ha querido protegerse la cara, y de hecho, dudaba de la existencia y magnitud del COVID-19, era el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro. Ayer se informó que está infectado.
En fin, tres presidentes en tres escenarios de enfrentamiento u hostilidad hacia el COVID y los tres terminaron vencidos.
