De hoy en un mes darán inicio las precampañas para los comicios federales del próximo año y una de las apuestas de los principales contendientes, es decir los de la presidencia de la república, es a la personalidad y empatía de los aspirantes con la gente.
En ese sentido, se puede mencionar que quien se muestra especialmente alegre, dicharachera y accesible es Xóchitl Gálvez, la abanderada del Frente Amplio por México. Desde que se hizo pública su posible participación en la contienda comenzó a hacer y decir cosas cotidianas como subirse a una bicicleta y hablar de su historia de vida.
Desde luego, eso puede resultar conmovedor y convincente para algunos electores pero también Claudia Sheinbaum tiene lo suyo y ha hecho uso de recursos como repetir el discurso del presidente Andrés Manuel López Obrador. Sheinbaum se presenta dispuesta con la gente, cariñosa y les habla de tú. Lo que hay que ver es cuánto nos importa hoy en día la imagen agradable y exitosa de un o una aspirante a gobernar al país porque ya lo hemos probado en otras ocasiones, en este siglo con Vicente Fox, Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador y qué hemos obtenido.
Más que fijarnos en si nos simpatiza o empatiza con nosotros tenemos que ver la viabilidad de sus propuestas y la determinación y oficio para ejecutarlas. Necesitamos gobernates que piensen y actúen de forma realista. Las expresiones de encanto se las lleva el viento.