Estudiantes mexicanos modifican probiótico para tratar depresión y ansiedad

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Alumnos de diversas carreras del Tecnológico de Monterrey, campus Guadalajara, desarrollaron un producto obtenido de la combinación de un probiótico y un psicotrópico que ayuda al tratamiento de depresión y ansiedad.

Ayuda al tratamiento de depresión y ansiedad (Foto: Ilustrativa)

El proyecto se presentó en el International Genetically Engineered Machine Competition (iGEM), certamen de biología sintética calificado como el más importante del planeta, celebrado en Boston, EU, donde obtuvieron medalla de bronce gracias al psicobiótico, llamado «Lactobachill».

De igual manera, los alumnos recibieron el Premio Rómulo Garza otorgado por el propio Tec de Monterrey por proyectos con componentes de investigación e innovación.

De acuerdo a un comunicado de la institución académica, los jóvenes trabajaron bajo la premisa de que en el intestino existen neuronas vinculadas a nuestro cerebro. “Estas neuronas, junto con la microbiota (organismos que ayudan al cuerpo a equilibrarse), están vinculadas con la regulación de procesos neurológicos como la depresión”, expone Cristina Figueroa, integrante del equipo de estudiantes.

Además, señaló que cuando existe una desregulación nuestro cuerpo se pone alerta y, por medio de modificaciones genéticas crearon una solución que ayudará a modular esa desregulación al inhibir una respuesta inflamatoria.

El producto se construyó mediante biología sintética, al modificar genéticamente un lactobacilo con propiedades psicobióticas (L. rhamnosus) que puede colonizar eficientemente el intestino.

“Este microorganismo puede usarse para inhibir las señales de las citoquinas asociadas con la desestabilización de la información sistémica y del sistema inmunológico para ayudar a la normalización del eje intestino-cerebro”, agrega Figueroa.

Comentan que este psicobiótico inteligente puede liberar una molécula antinflamatoria que logra bloquear la guía de señalización que después desencadenaría en depresión y ansiedad.

La investigación se llevó a cabo de marzo a noviembre del año pasado, sin embargo, los estudiantes remarcan que el trabajo se debe seguir desarrollando antes de introducirlo en el ser humano.

Cabe destacar que aproximadamente 30 por ciento de la población mexicana sufre ansiedad o depresión y menos de una tercera parte recibe atención médica. Incluso, en algunos casos, los medicamentos prescritos tienen una reacción en el cuerpo con efectos no deseados.

“La depresión es un problema muy grande. Es una enfermedad sistémica y eso es algo que muy pocas personas llegan a comprender”, detalla Fernanda Díaz, integrante del equipo.

El equipo de jóvenes está constituido por alumnos de Biotecnología (IBT), Mercadotecnia (LEM) y Sistemas Computacionales (ISC), lo que dio solidez a su emprendimiento y modelo de negocios.

El equipo se conformó por los jóvenes Ana Cecilia Luque Vadillo, Ana Cristina Figueroa Ramírez, Andrea Zepeda Hernández, Alma Sofía de Robles Olivas, Álvaro Roberto Bautista Ayala, César Augusto Sánchez Bedía, Diana Isabel Tamayo Ramos, Diego Espinoza Serrano, Fernanda Erandi Díaz Escobar, Frida Camila Cruz Casillas, Lizette Íñiguez Ruiz, Mariano Del Toro Barbosa, y Triana Mayra Sánchez Huerta.

Por último, cabe destacar que el proyecto fue asesorado por Carolina Senés Guerrero, profesora investigadora de la Escuela de Ingeniería y Ciencias (EIC), del área de Bioingeniería.

Tomado de Agencia ID

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