Política y religión

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El fin de semana fue de dimes y diretes con frases y hechos de la Biblia de parte del  actual presidente de México y dos de sus predecesores, Felipe Calderón Hinojosa y Vicente Fox Quesada. Luego se les agregaría el otrora defensor de los derechos humanos, el sacerdote Alejandro Solalinde.

Ni a cual de ellos acudir pues los cuatro tienen cola que les pisen o lo que es lo mismo lanzan la piedra y esconden la mano.

Lo que hicieron es meterse con la religión católica y por tanto, las creencias de la gente incurriendo en abuso y burla sin que ninguna autoridad eclesiástica haya alzado la voz. El abuso al querer asemejarse a la persona de Jesús en su obra y predicación y burla en la legitimidad de las frases utilizadas.

Hace falta pues que alguien les ponga un límite a los políticos que hacen uso ventajoso de la religión. Y al mismo tiempo, recordarles deben ejercer alejados de inclinaciones religiosas empezando por el jefe del Ejecutivo federal quien preside un Estado laico que funciona de manera independiente de cualquier organización o confesión religiosa.

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