Cuando uno ve las imágenes de los compañeros y familiares de los policías muertos en una emboscada en Aguilillas, Michoacán, no hace más que pensar que se trata de seres humanos como cualquier otro.
La diferencia es que los policías realizan un trabajo de alto riesgo al prevenir y combatir delitos del fuero común y están expuestos a la acción de organizaciones delictivas de impacto federal, como apunta provenir su ataque.
Los policías reciben baja paga —alrededor de 15 mil pesos al mes—, les falta armanento, protección adicional y capacitación. Este mismo año, organizaciones civiles pedían al gobierno federal protección para policías locales, ante el homicidio de 91 agentes de diciembre a la fecha.
La protección a los policías y dignificación de su trabajo debe ser prioridad tanto como la misión de ellos es proteger la vida.
Escucha el comentario de Patricia Maldonado. ¡Dale play!
